15 de diciembre de 2011

El ego masculino y femenino se necesitan el uno al otro


El Ego de los hombres es muy distinto al Ego de las mujeres, las conclusiones que obtienen difieren sustancialmente. El Ego de la mujer se centra en las emociones y en los sentimientos que con ellas construye, al filtrarlas con sus Falsas Creencias.
El Ego del hombre se centra en el intelecto y en los razonamientos que elabora basados en conocimientos sin verificar que cree verdaderos. La mujer reprime su lógica sumergiéndola en su inconsciente, mientras el hombre hace lo mismo con sus emociones.
Ambos convierten así su inconsciente en una cueva de Dragones, a donde ocultan lo que no quieren reconocer -el uno lo que no quiere sentir y el otro lo que no quiere pensar- que surge cuando la mente está desprevenida, para calcinar todo con su aliento. Salen súbitamente como un ¨Rayo Despendejador¨ que incinera lo que encuentra a su alrededor. Esa es la manera como el universo logra que ambos sexos se equilibren, que las mujeres sean más lógicas y los hombres más sensibles. Esa es la manera como todos despiertan la inteligencia de su corazón, la mezcla adecuada de sentir y saber que facilita la vida.
Además, la lógica de la mujer se mueve en círculo, dos y dos pueden dar tres, cuatro o cinco, dependiendo de los impulsos del momento o del lugar del circulo que hoy determina sus sentimientos. Osho decía que para entender a la mujer, el hombre debe escuchar lo que quiere decir, no lo que dice, porque puede significar lo contrario. En cambio la lógica del hombre se mueve en línea recta, por lo que es muy fácil de entender, dos y dos siempre son cuatro.
Dos hemisferios que pueden funcionar independiente-mente, pero que funcionan mejor cuando ambos logran activar su discernimiento sensible. Es por esta diferencia y por los aprendizajes que impulsa, que hay tantos matrimonios de Destino -parejas que no se pueden separar hasta que ambos aprendan- porque el uno es el maestro del otro y viceversa.



Fuentes: http://malkun.blogspot.com/2011/12/el-ego-masculino-y-femenino-se.html

Dibujos animados, altares de sacrificios y el Bohemian Groove


Lucy, la hija del diablo, es una serie de dibujos animados realizados por computadora (CGI), aparentemente, la serie con 10 minutos de duración trata sobre una especie de Satán que intenta convencer a su hija Lucy (suponemos que diminutivo de Lucifer) para que ejerza el papel de anticristo, finalmente, Lucy resuelve cortejar a “DJ Jesús” una especie de Cristo Discjockey,
La serie esta enmarcada dentro de lo que se viene denominando -dibujos animados para adultos-
En uno de los episodios, se convence a DJ Jesús para que se aproxime a un curioso altar situado en un bosque en California, todo esto con el ánimo de sacrificar a Jesús, todo envuelto dentro de un curioso Ritual, todo con el ánimo de satisfacer a un senador que ha sido elegido nuevo presidente.
Todo resulta sospechosamente similar a los supuestos y conocido rituales que se efectúan en el llamado Bohemian Groove, que el periodista Alex Jones saco a la luz en su libro –Inside Bohemian Groove- (dentro del Bohemian Groove).
Esto sucede (evidentemente la serie) dentro de un contexto humorístico, induce a pesar que existe un fuerte movimiento en los medios de comunicación de “aclimatación” del ciudadano a determinadas cuestiones, de este modo, posiblemente se consigue quitar “hierro” a determinadas actitudes, sucesos y rituales cometidos por “la hermandad” y que empiezan a salir a la palestra de manera preocupante, asimismo, y al incluir estos sucesos o acontecimientos en contextos humorísticos o ficticios dentro de películas, dibujos animados, viñetas cómicas, etc… el individuo en su subconsciente relaciona inmediatamente dichas actividades como “graciosas anécdotas” quitando de su mente la tenebrosa realidad que esconde.
Esto lo estudió bien Ronald L. Hubbard (un presunto agente de la CIA creador del libroDIANETICA), quien sabia que determinados sucesos enmarcados con sensaciones concretas en el individuo le generaban trastornos por equivalencia, de tal modo que cuando mostremos a un individuo una foto real de los supuestos sacrificios del Bohemian Groove dentro de unos años, en el sujeto permanece imanete la idea fija de que dicha situación esta ligada a algo ficticio y humorístico, negando cualquier contexto real de posible sacrificio humano.
Existe un plan para condicionar de este tipo de ideas dentro de Hollywood, cuando se habla de Área 51 (Independence Day), atentados con armas nucleares (Next), Skull & Bones (El buen pastor) y un largo Etc con el que “la hermandad” efectúa “pre-lavados” de cerebro condicionando nuestras mentes a que ciertos asuntos de importancia vital sean analizados erróneamente por cerebros preacondicionados.
Jose Luis


Fuente: http://mundodesconocido.com/WordPress/?p=123

Assange: «¿Utilizas un iPhone, Blackberry o Gmail? Estás jodido»


Compañías de “seguridad y vigilancia” pueden usar un smartphone para tomar fotos de ti o tus alrededores sin que lo sepas, según lo dicho por Pratap Chatterjee de la Oficina de Periodismo Investigativo (Bureau of Investigative Journalismdurante una mesa redonda en Londres, moderada por Julian Assange, uno de los fundadores deWikileaks, quien al dato decidió “prender en fuego” la sala diciendo:
Quién tiene aquí un iPhone? Quién tiene aquí un BlackBerry? Quién aquí usa Gmail? están todos jodidos.
Por otro lado, Stefania Maurizi, una periodista de L’Espresso de Italia mostró documentos que demostrarían que este tipo de software no solo es capaz de espiar a usuarios, también puede modificar mensajes enviados o crear nuevos.
Las declaraciones simplemente avivan aún más el fuego iniciado con la revelación de Carrier IQ, un software que bien podría ser descrito como u rootkit que espía en Androids, BlackBerrys, Nokias y está instalado en 130 millones de móviles de todo el mundo.
Para hacer las cosas aún peores, resulta que Carrier IQ también está presente en iOS, aunque con un recabado de datos, aparentemente, no tan extenso.
¿Deberíamos tomarnos tan en serio nuestra privacidad o este tipo de recabado de datos? A lo primero:  y a medida que pase el tiempo nuestra privacidad se hará más y más importante ya que nuestros hábitos de comportamiento son cada vez más valiosos. Si el recabado de datos que mencionan en la mesa redonda de Julian Assange es capaz de identificar usuarios individuales entonces debería no solo preocuparnos, tiene que alarmarnos y tomar decisiones fuertes (como el dejar de usar dispositivos y servicios hasta estar seguros que no nos espían de esta forma).


Fuente: http://alt1040.com/2011/12/assange-utilizas-un-iphone-blackberry-o-gmail-estas-jodido

Conciencia social cultural. El Cine entre los desperfectos de la realidad



Uno puede darle muchas vueltas al tema de la cultura en relación con la sociedad, el arte y la política, tanto haciendo diagnósticos exhaustivos como imaginando y ensayando todo tipo de prácticas de creación pero nos da la impresión que siempre llegamos al mismo hueso duro que sostiene y condiciona todo: la estructuración de la sociedad que produce esa cultura, su ordenamiento social.


Siendo autocríticos con nuestro trabajo, que ha sido el de generar procesos de películas con grupos y personas ajenas al ámbito de lo cultural en los últimos años, notamos en todos esos procesos una cadena de dificultades y bloqueos que nos mantiene en la superficie de las cosas.


Por citar un ejemplo de esta semana, en que nos disponíamos a tener la segunda sesión del segundo año con jóvenes del instituto de adultos con el que trabajamos. Por primera vez el grupo en pleno, salvo uno de los jóvenes, no acudió a la cita. Algún problema había pasado en la mañana según nos contaba la directora, que les hizo ausentarse en masa.


Este tipo de episodio nos abre, como casi siempre, a la incertidumbre de si continuará o no la experiencia. Los motivos de ausentarse a una actividad que hasta el año pasado les había atrapado, viene, cada tanto tiempo, a evidenciarnos el terreno pantanoso, el abismo social, podríamos decir, en que se mueve nuestro dispositivo de producción: el de la vida plagada de desperfectos.


La cultura, o mejor, esas representaciones, obras, acciones con que identificamos lo cultural, no son más que un reflejo de la sociedad que la produce, está atravesada por ella y por sus dinámicas internas.


¿Y qué tipo de sociedad produce nuestra cultura?


Una en que la población general se mueve a la deriva y por los intereses de diferentes minorías. Si aquí en España asistimos pasmados a la entrega del servicio sanitario o educativo al negocio privado de la especulación, ¿qué vamos a esperar de la producción cultural?


La sociedad, ahí abajo, se revuelve en el terreno pantanoso de la vida agredida, perturbada, explotada, manoseada por los traficantes de lo común.


Pero la cultura no ha corrido esa suerte de la sanidad o la educación. Jamás se ha planteado como un servicio sino como el resultado de las actividades de un sector dedicado a ello, minoritario y elitista.


Así que cuando uno se mete en ese pantano subterráneo de la vida para crear, para hacer cine, para hacer emerger “lo cultural”, utilizando los procedimientos de participación que con el Cine sin Autor ofrecemos, las prácticas, los métodos, se resienten y sufren la agresividad, la alta temperatura de conflicto que tensa la vida en el pantano, al mismo tiempo que sirven como test.


Nos preguntamos, ¿hay más conciencia sobre el valor de lo cultural en las elites que lo producen y gestionan que en el resto de la población? ¿ El verle valor a hacer creaciones culturales, del tipo que sean, es una cuestión de status social y posibilidades solamente?
Quizá esa gente de abajo se ha formado como población sabiendo que lo cultural es algo que no les pertenece, algo de lo que participan como perceptores, consumidores, espectadores, como público y que en muy raras excepciones o ninguna se vinculan con sus procesos de producción. La cultura siempre aparece terminada ante sus ojos.


¿Cómo se llega a tener responsabilidad sobre producir una obra, una película en nuestro caso, si eso que ofrecemos como campo de experiencia es pura excepción y si la relación con lo cultural está contaminado de pasividad, tiene poco valor o sencillamente ni es importante?


Leíamos hace poco el libro de Néstor García Canclini, "La Sociedad sin Relato" donde intenta analizar los grados de autonomía del Arte con respecto a otras prácticas sociales y sus puntos de fuga. Para ilustrar el comportamiento de los visitantes a los museos traía algunas conclusiones de los trabajos de investigación que hiciera Bordieu con Alain Darbel y Dominique Schnapper desarrollados luego en su obra personal La distinción de 1979 donde extraía dos de sus conclusiones que nos sirven para relacionar, aunque el tiempo haya pasado:
"a) la concurrencia a museos está estratificada según la desigualdad de ingresos y el nivel de estudio: la rotunda distancia entre la presencia de agricultores u obreros (menos del 1%), cuadros directivos y gerenciales (43,3%) y profesores o especialistas de arte (51%), así como la formación familiar y social de “disposiciones ocultas”, evidencian que las prácticas estéticas no surgen de gustos desinteresados sino de la acumulación combinada de capital económico y capital cultural.


b) la asistencia a museos y los criterios de apreciación no son arbitrarios. Su regularidad estadísitica, organizada por sectores, muestra que la posición social y el itinerario de aprendizajes culturales se manifiesta en los sujetos como disposiciones incorporadas para gustar o rechazar el arte. Los condicionamientos sociales capacitan para orientarse en un museo y valorar las obras".


Imaginemos que estos datos esconden verdad y posiblemente con variaciones aún se mantengan en cuánto a las diferencias. Si aún tratándose del comportamiento de visitantes a los recintos culturales (ese perceptor pasivo) nos encontramos con tal estratificación y condicionamiento social como obstáculo para una fluida relación con lo cultural, ¿cuántos mayores impedimentos es lógico encontrar cuando lo que acercamos no es “la cultura hecha de los artistas”, sino la propia producción de la cultura como posibilidad, la “cultura por hacer”.
La problematización para nosotros es otra. En otros ámbitos institucionales escuchamos decir cosas como: “es que la gente no acude, no viene, no participa de nuestra programación”, “es que a la gente no le interesa”, “es que no llegamos con nuestras creaciones a la gente”...”y la gente y la gente y la gente...”.


En nuestro caso, nos es más útil arriesgar algunas problematizaciones que nos permitan ordenar la acción, avanzar en el trabajo en concreto:


1)La parálisis y el condicionamiento social.
“Sí, la gente común no se plantea habitualmente producir obra artística y menos de manera colectiva”. Pero ¿es un problema de la gente o de la deseducación diseñada para impedirles pensarse como posibles productores de obra? La idea de hacer películas está lejos de ser un pensamiento naturalizado en la conciencia social. Estas pertenecen al hermético mundo oculto del cine y la televisión profesional. Y entonces ¿qué hacer? ¿Nos paralizamos y no hacemos nada frente al problema o seguimos buscando estrategias para avanzar en otras formas de producción? Concentrándonos en nuestra situación concreta y no el limbo de las abstracciones, claro, parece obvio que debemos avanzar por afirmar prácticas, hacerlas durar, buscar apoyos, ofrecer una alternativa diferente basada en facilitar la relación de la gente con la producción de lo cultural y no con la cultura ya acabada.


2) La espectacularización de la relación con la cultura.
Tenemos claro que otros procesos se desencadenarían si quien ofreciese participar en un proceso de cine estuviera mediado por la información espectacular, “si viniera un famoso a hacerla”, por ejemplo. Habría asistencia asegurada. Todavía hay gente que nos recuerda que participó o estuvo cerca de tal o cual película que se rodó en la zona. Son los mecanismos habituales del cine y la cultura. Es entendible. De pronto, un bunker cultural se aproxima a la población y la población goza entusiasmadamente de poder acercarse al misterio de esos misteriosos profesionales. ¿Por qué? Porque sería una aproximación de espectador al que se le ofrecería una migaja más: “el rodaje cercano”. Rodaje del que no podrán participar activamente aunque esté ocurriendo delante de su casa y su portal sea el escenario de la acción filmada. Aún así, acudirían porque se le ofrece la posibilidad de presenciar dicho rodaje en la lejanía, como espectadores privilegiados y por un corto tiempo. Eso reafirma más su histórica condición de simple voyeur del cine.


Sin la carga espectacular, el cine entre vecinos, amigos, iguales, pues está desnudo de glamour y excitación. Nuestro proyecto no ofrece la misma carga hipnótica de las producciones. El camino es largo. Si nos interesa hacer una experiencia profunda de producción, debemos pensar con una mirada más compleja las relaciones sociales que establecemos en el campo de experiencia creativa común, acompasar mejor las vidas de quienes participan.


3) El trabajo cultural.
En el cine siempre ha habido dinero. En el nuestro aún no. Quienes participamos deberíamos ganar por hacerlo. Pero todos y todas y no solo los profesionales. Y ahí volvemos al hueso de la estructuración social. Aún así, cuando tengamos dinero estaremos abriendo un camino de incertidumbres: ¿cómo pagar?¿qué cosas? ¿se debe pagar?


Nos viene a la cabeza aquel comentario de Gilles Deleuze cuando analizaba el concepto de fuerza de trabajo vinculados a ciertos trabajos de televisión de Godard: “Un joven soldador está dispuesto a vender su trabajo de soldador, pero no su potencia sexual para convertirse en amante de una mujer mayor. Una asistenta consiente en vender sus horas de limpieza, pero, ¿por qué no quiere vender el momento en el que canta un fragmento de ‘La Internacional’? ¿Porque no sabe cantar? ¿Por qué no habrán de cobrar aquellos que miran la televisión, en lugar de pagar? “dirá Godard, “ya que ellos ofrecen un gran servicio público.


Producir la propia cultura desde la base social, con las personas, debería ser una tarea sustentatada por políticas de planificación e inversión serias. Cualquiera que emplee su tiempo para una producción, utiliza tiempo de actividad y debería ser tomado como un servicio: el de crear representación, ficciones, documentación audiovisual, retratos de la vida, opiniones, voces, imágenes que servirán para conocernos, para que otros nos conozcan, para que las siguientes generaciones puedan explorar su pasado, para conservar en imágenes y sonidos aquellas cosas que siempre desaparecerán de la realidad. A lo mejor la gente se tomaría más en serio la producción de cultura. Seguramente no estaríamos en el aleatorio pantano del hoy sí y mañana no sé. A lo mejor se trata de pensar en “políticas de profesionalización de la vida común” y no de que solo se sostenga la actividad de profesionales del sector, que en nuestra realidad, ya ni siquiera eso es tan seguro. Infraestructuras e inversiones darían posiblemente mayor continuidad a una cultura creada desde la base social.


Pero en esto volvemos a darnos contra el hueso duro de la estructuración de la sociedad con sus políticas y sus inversiones. No hay que cansarse de buscar quebrar ese esqueleto que nos estructura de manera deforme e injusta.



Fuente: http://cinesinautor.blogspot.com/2011/12/conciencia-social-cultural-el-cine.html

Palabras desde Atenas



Pedro Olalla reflexiona desde Atenas sobre la situación que vive Grecia entendida en un contexto.



Fuente: http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=jX7Kqb21b44
(www.pedroolalla.com)

Teorías de la conspiración: la gran cortina de humo

En 1898 el acorazado estadounidense Maine explotó en Cuba dejando 268 víctimas y siendo el detonante del inicio de la guerra hispano-americana por culpar del sabotaje a los españoles. Sin embargo, apenas quedan ya dudas de que se trató de un caso de autoatentado, o ataque deFALSA BANDERA, para conseguir los objetivos de conquista de EEUU. Negar la versión oficial e interesada del Maine fue el primer caso del siglo XX, que no de la historia, de teoría de la conspiración y lamentablemente le han seguido muchísimas más.
Existen muchos mecanismos para anular o desprestigiar las informaciones que no interesan, incomodan o acusan al Poder y en una época de sobredosis de información como esta, uno de las más eficaces es tachar a todo lo disidente de conspiratorio como sinónimo de ridículo o ciencia ficción.
Ejemplos hay miles, pero podemos citar el escarnio público al discurso de la médico-monja Teresa Forcades en El País por ser demasiado influyente ahuyentando a la población a no vacunarse contra la inofensiva gripe A, o los insultos desde Interviu a los Congresos con información alternativa.
Freeman, de Liberación Ahora, tan contundente y claro como siempre, nos envía al El Lector Alternativo Opina el artículo: “Teoría de la conspiración”: LA GRAN CORTINA DE HUMO. Los “virus lingüísticos” que la élite fomenta para combatir la disidencia”explicando en detalle esta estrategia y sus fines.
Todo cae por su propio peso, y mucho antes de lo que se tardó en descubrir la verdad del Maine, descubriremos, obviamente aplicando nuestro discernimiento, que la mayoría de las supuestas teorías conspiratorias son tristemente realidad y que gracias a ellas podemos abrir los ojos y actuar en consecuencia.
Freeman lo expresa así:
Es natural e inherente al comportamiento del ser humano el relacionarse y vincularse con sus afines, realizando acuerdos y alianzas en pro de lograr la consecución de objetivos comunes entre aquellos que comparten similares o idénticos intereses, propósitos o motivaciones.
De igual modo, es bien sabido y asumido que estas dinámicas, completamente normales y de hecho consustanciales a la vida en sociedad, han sido practicadas por el hombre -en tanto que ser social- desde tiempos inmemoriales.
El “problema” viene cuando quienes así se vinculan y se alían -reuniéndose a puerta cerrada para llegar a acuerdos y diseñar planes convenientes a sus propios intereses- son un sector minoritario de personas enormemente poderosas e influyentes a nivel planetario, las cuales -por su inmenso poder y capacidad de maniobra- tienen de facto la facultad de situarse por encima de la misma ley, así como de las naciones, los gobiernos, las instituciones y medios de comunicación, pudiendo desde esa situación extraordinariamente determinante y oligárquica, controlar y dirigir dichas instancias o estamentos a su particular arbitrio.
Todo esto, ya de por sí criminal y maquiavélico, se agrava de forma inmensurable cuando estos individuos y grupos de poder no dudan en desarrollar y emplear de forma sistemática los métodos y procedimientos más aberrantes y destructivos con el fin de obtener los resultados requeridos, para lo cual actuan de forma mediata  y encubierta, en virtud de todo el montaje jurídico-institucional que ellos mismos implementan y modelan según sus necesidades.
La actividad de esta mafia global alcanza -en definitiva- cotas de genocidio y devastación sin precedentes, por cuanto los objetivos de esta élite son diametralmente opuestos al bien común y al interés general de la práctica totalidad de la Humanidad, así como al equilibrio ecológico y planetario.
Estas agendas nefastas consiguen además sacarlas adelante con relativa facilidad, aprovechándose al máximo de la ignorancia y pasividad endémicas de una sociedad muy crédula con las verdades oficiales (gracias a la eficaz  y muy estudiada acción de las armas de desinformación masiva, la “educación”, los sistemas organizativos y funcionales, la opaca estructura jerárquica piramidal y, en fin, toda la programación mental-social que es implantada en el ser humano desde que nace, en su tierna y moldeable mente).
Sin embargo, sucede entonces que cuando un sector más lúcido de la ciudadanía -más despierto y mejor informado- ha tomado conciencia de dicha situación (como vemos, extremadamente grave para los Derechos Humanos, la democracia y la misma vida en el planeta) y comienza a su vez a informar al resto de la población, la reacción de la élite antes aludida no se hace esperar.
Y así -como una parte más de su arsenal de recursos-, comienza a introducir o propagar astutamente en la opinión pública “virus linguísticos” tales como “conspiración”, “Teoría de la Conspiración”, “conspiranoia” o “conspiranoico”.
Dichos términos o expresiones, por su tono exótico, cinematográfico, dramático, teatral o directamente ridiculizante, son empleados y fomentados -desde gobiernos, instituciones y medios, y a pie de calle o en internet- por los desinformadores (e inconscientemente por los desinformados) para descalificar, desprestigiar o despreciar toda información, discurso o reivindicación legítima y veraz -disidente por tanto de las “versiones oficiales”- acerca de lo que aquella mafia global oligárquica está realmente ejecutando y llevando a cabo, muchas veces delante de las mismas narices del alienado y aletargado rebaño humano.
La cuestión, finalmente, queda despejada cuando -con diccionario en mano- comprobamos que tales palabras y expresiones -cuyo común denominador es “conspiración“-, por sus propios significados, no se ajustan o corresponden a la naturaleza de los hechos, la cual es -como vimos al principio- muchísimo más obvia, simple y tangible que lo que aquéllos “virus lingúísticos” interesadamente denotan.
Hablemos, pues, de hechos consumados, de decisiones, maniobras y acciones manifiestamente irregulares y delictivas, de encubrimientos, ocultaciones y silencios estruendosos e inadmisibles, de relaciones, conexiones y vínculos evidentes, poniendo encima de la mesa los nombres y datos concretos de personas, de entidades bancarias y financieras, de grandes multinacionales, de lobbys, alianzas y grupos de poder, y de institutos, clubes, sociedades, movimientos u organizaciones públicas, semipúblicas y ocultas o secretas.
Hablemos de ello, alto, claro y profundo, con el ordenamiento jurídico -del que ellos mismos se sirven- en una mano, y con las evidencias, pruebas, frutos y resultados (bien visibles, contundentes e inequívocos en tantos órdenes) en la otra.
Y dejemos que los desinformadores, debunkers, magnates, genocidas y demás calaña sigan llenándose la boca con sus malévolos juegos de palabras, con sus juegos de despiste y distracción, con su hiel y su veneno. Que así, con la práctica, al menos tendrán un buen pasatiempo con el que ocuparse durante su larga y próxima estadía en prisión (o en el destierro), donde podrán experimentar en su propia carne y entre ellos mismos las consecuencias de sus actos, mientras todos los demás en este planeta nos dedicamos por fin a vivir en paz, como debe ser, naturalmente.
Freeman, de Liberación Ahora

Fuente: http://liberacionahora.wordpress.com/2010/03/23/teorias-de-la-conspiracion-la-gran-cortina-de-humo/

Gestión de crisis en redes sociales


Hoy en día son muchas las empresas que tienen presencia en las redes sociales y gestionan estos canales de comunicación para difundir acciones que llevan cabo, promocionar productos o estar más cerca de su audiencia. De hecho, ya no solo las empresas gestionan sus perfiles sino que también lo hacen administraciones públicas o personajes conocidos (deportistas, cantantes, políticos, etc) que, en algunos casos, ponen en manos de profesionales la gestión de sus perfiles, el mensaje a transmitir y las actividades a desarrollar siguiendo una estrategia de comunicación. Como en otros muchos ámbitos, algo que sonaba bien en nuestra cabeza, al ser puesto por escrito, no termina sentando bien a nuestra audiencia y, al final, se puede iniciar un incendio entre nuestros seguidores por el que terminemos pagando un alto precio en términos de credibilidad, reputación, respeto, etc.
Cada crisis es un mundo puesto que cada una se inicia por algo distinto pero, aún así, podemos intentar fijar una serie de pautas comunes con las que confeccionar una especie de manual de acción que recoja las cosas que debemos hacer, a quién debemos convocar a una reunión y, sobre todo, tener una referencia que nos transmita cierta calma y evite que, presos del pánico, cometamos alguna acción que avive más el fuego.
Antes de entrar en materia, creo que el primer consejo es el de mantener la calma. Mantener la calma es fundamental porque una respuesta acelerada (del tipo “borra ese comentario” o “despublica ese post”, al estilo #TurismoBisbal) puede ser un remedio mucho peor que la enfermedad. Ni borrar publicaciones ni tampoco empezar a publicar sin más para que el problema “se pierda en el timeline” no es una solución recomendable. Un problema pospuesto no es un problema resuelto, tampoco lo es ignorar a la gente (estamos sacrificando el vínculo de unión que hemos establecido con nuestros seguidores), por tanto, debemos enfrentarnos de cara a este problema.

1. Minería de datos

El primer paso en cualquier crisis es la detección del problema, es decir, que cuanto más tardemos en conocer qué está pasando, más difícil será contener el aluvión de críticas o malos comentarios alrededor de nuestra marca. La detección temprana pasa por una escucha activa de las redes sociales y todos aquellos medios (foros, blogs, etc) en los que se mueva nuestro público.
Aquí en Bitelia hemos repasado algunas herramientas que podemos utilizar para realizar este tipo de búsquedas y monitorizar lo que se mueve por las redes sociales en general, o a través de Twitter en particular que sumados a un seguimiento activo de los perfiles (y menciones de éstos) de nuestra marca, empresa o representado, deberían servirnos para detectar el problema en una fase temprana.
Conocer la opinión de nuestros seguidores y, sobre todo, qué les ha molestado, nos ayudará a identificar el problema y, sobre todo, elaborar la respuesta más adecuada a cada uno de los medios en los que esta crisis se haya propagado. Es fundamental dedicarse a acotar el problema y, por tanto, a la recopilación de datos para preparar la estrategia. Además, debemos evitar cualquier impulso de contestar a los usuarios “más encendidos” o borrar mensajes puesto que estaríamos avivando aún más el fuego.

2. Identificación

Una vez recabadas las fuentes en las que se ha propagado la crisis, el siguiente paso a dar es la identificación de los usuarios “agitadores”, es decir, aquellos cuya voz está arrastrando al resto a expresar su disconformidad públicamente. Es importante identificar quién ha sido el detonante de la crisis porque, normalmente, el origen suele ser un grupo bastante acotado y, el resto, simplemente, actúa a modo de altavoz sin estar, en determinadas ocasiones, afectados por el problema.
Para identificar a los agentes que están detrás partiremos de la información recopilada en la monitorización del problema, de esa manera identificamos a los usuarios que más están hablando del tema además de poder seguirlo hasta el momento en el que estalló. Tendremos que comprobar que son usuarios reales y no perfiles ficticios de trolls o de la competencia.
¿Y por qué identificar a la gente que no está contenta? Es una información muy útil que nos ayudará a afinar mucho más nuestra respuesta y, si es un número acotado, nos podría servir para ofrecer respuestas personalizadas y contactar con cada uno de estos usuarios “enfadados”.

3. Reunión del gabinete de crisis: plan de choque

Toda empresa que decide desembarcar en el mundo de las redes sociales debería, dentro de su estrategia de presencia en Internet, contar con un procedimiento de actuación ante crisis. ¿Un procedimiento de actuación? Pues sí, la responsabilidad de estar presente en las redes sociales no debe recaer únicamente en el gabinete de comunicación de la empresa o en elcommunity manager (si la figura existe), si bien éstos son los gestores deben contar con el respaldo del resto de la empresa y, como tal, ante emergencias éstos deberían también estar implicados.
Dependiendo de la estructura de la empresa y de la causa del problema, la composición de los asistentes a este gabinete de crisis podría cambiar o reajustarse pero, típicamente, podríamos asumir que deberían asistir representantes de las siguientes áreas:
  • Gabinete de comunicación y RRPP, que canalizará la información a los medios tradicionales si fuese necesario.
  • Departamento de atención al cliente, que aportará su experiencia en la relación directa con la audiencia (en el caso de una empresa de servicios o la distribuidora de un producto).
  • Departamento de operaciones, que viene a representar el área productiva de la empresa que tiene responsabilidad sobre el detonante de la crisis.
  • Departamento Legal, para supervisar todo el proceso y asesorar en el caso que la compañía tuviese algún tipo de responsabilidad jurídica.
  • Gabinete de Comunicación online, que es el interfaz con el usuario de redes sociales y será el que ejecute la estrategia fruto de la reunión. Además, presentará los datos recopilados: histórico del problema, alcance y usuarios origen del problema.
Una vez reunido el gabinete de crisis y presentados los datos (que seguirán monitorizándose), se establecerán las siguientes tareas a resolver:
  • Análisis de la causa del problema, es decir, una exposición de las causas que han originado la crisis (qué ha ocurrido, por qué, cuándo, etc). Es muy importante que todos los asistentes conozcan el trasfondo de la situación puesto que, entre todos, deberán llegar a la solución del problema y atajar la crisis.
  • Estimación del alcance, es decir, que tras conocer las causas del problema, habría que intentar valorar hasta dónde se ha extendido el problema (número de usuarios, ubicación geográfica, clasificación sociodemográfica, etc) y su impacto (tanto cualitativo como cuantitativo).
  • Identificación de portavoces de la protesta: independientemente de si vamos a dar una respuesta pública, es muy importante revisar quiénes son los usuarios que han originado la protesta porque si se da el caso que éstos son personajes influyentes en las redes sociales, será necesario un contacto a alto nivel desde la dirección de la empresa o desde el gabinete de comunicación y RRPP. En cualquier caso, todos estos usuarios deberán ser contactados una vez que tengamos definida la solución y el mensaje a comunicar.
  • Propuesta de soluciones y compensaciones que sirvan para “firmar un armisticio” entre nuestra marca y nuestra audiencia. La compensación nunca debería perjudicar al usuario (éste no debería perder demasiado tiempo en ponerse en contacto con nosotros para que podamos compensarle) y en su definición será fundamental que contribuyan las áreas económico-financieras de nuestra empresa (si incurrimos en costes), el área legal, marketing, RRPP u Operaciones.
  • Definición y consenso de un mensaje de respuesta: una vez definidas las compensaciones, hay que definir el mensaje de disculpa y, además, cómo se va a publicitar el procedimiento de compensación. Si hemos metido la pata, debemos entonar elmea culpa de la manera más honesta, explicando qué ha ocurrido, presentar las soluciones y compensaciones. Finalmente, contactaremos con los usuarios que identificamos en la fase anterior para trasladarles, personalmente, estas conclusiones y, con suerte, podamos así apagar el fuego.
  • Valoración de los medios en los que difundir el mensaje: no vamos a poder afrontar la publicación de mensajes y el control de las respuestas en todos los medios a la vez, por tanto, éstos deberán priorizarse. Durante la fase de análisis hemos identificado los medios en los que nos han nombrado así como los usuarios que lo han hecho, que también hemos evaluado; así que nos lanzaremos primero a los medios con mayor peso para, después, ir abordando el resto.

4. Ejecución del plan de acción

Aunque esto no es una ciencia exacta, la lógica indica que la ejecución del plan de acciónserá responsabilidad de gran parte de las áreas que forman parte del gabinete de crisis. Normalmente, al área de Comunicación y RRPP le tocará la publicación de una nota de prensa oficial desde el sitio web de nuestra empresa con la disculpa y, si procede, el plan de compensaciones que hemos consensuado. En paralelo, el área de atención al cliente (en el caso de una empresa) también asimilará este mensaje y, en el caso de recibir comunicaciones de usuarios enfadados, les transmitirá esta disculpa y les remitirá al comunicado oficial.
Por otro lado, el gabinete de comunicación online abordará dos tareas: por un lado,contactarán con los usuarios que identificaron como “focos” de la protesta y les transmitirán las conclusiones de nuestro comunicado oficial y, por otro lado, habrá que dar difusión de nuestro comunicado oficial en nuestros perfiles en las redes sociales.
social-media-manager
Es posible que, como consecuencia de esta crisis, hayamos descubierto algunos canales en los que no teníamos presencia pero en los que se habla de nosotros. Justo en una crisis no es el mejor momento de abrirse un perfil para acallar las críticas (podrían tacharnos de oportunistas) pero sí que es importante tenerlo en cuenta para que, cuando pase la tormenta, evaluemos la conveniencia de estar o no en dicho canal.

5. Monitorización y control

Tras la tempestad de la crisis el problema no ha terminado, seguramente, alguna de las quejas se haya seguido propagando y sigan llegando protestas residuales que seguirán tratándose de la misma manera, es decir, reconociendo el fallo, disculpándose y planteando la solución de compensación. Aún así, seguiremos monitorizando la causa de esta crisis, a la que asociaremos una familia de etiquetas o palabras clave con las que monitorizaremos las redes sociales para ver si nuestra solución fue válida o necesita una iteración más por parte del gabinete de crisis.
En paralelo, deberemos seguir fomentando nuestra reputación digital, es decir, salvar el escollo al que llegamos y continuar la labor de la publicación, interactuar con el usuario, crear debate con él y fomentar su participación.
En cualquier tipo de relación, cualquiera de las partes puede equivocarse y, tras la disculpa, debe retomarse el ritmo normal y, sobre todo, aprender las lecciones para que no vuelvan a repetirse.

6. Revisión. Lecciones aprendidas

Tras la gestión de la crisis, debemos analizar todo lo sucedido para mejorar los procedimientos de comunicación interna de la empresa y, si fuese necesario, el protocolo de gestión de crisis en redes sociales. Además, es el momento de valorar si nuestra publicación debe tener presencia en otros medios sociales en los que hablan de nosotros pero en los que no tenemos presencia.


Imágenes: 
The Social CirclesSergio PinoWikipedia y Social Bla Bla
Fuente: http://bitelia.com/2011/10/gestion-crisis-redes-sociales