14 de enero de 2012

Centrales eléctricas híbridas, una vía más fácil para la transición hacia la implantación generalizada de la energía

(NCYT) Bastantes centrales eléctricas generan la electricidad usando combustibles. Y las centrales eléctricas de energía solar térmica, que se valen de la luz solar a fin de generar el calor y la alta presión necesarios para producir el movimiento de las turbinas, son actualmente una alternativa medioambiental prometedora. Pero se trata de una opción muy cara, sobre todo cuando se tiene en cuenta el precio del equipamiento hecho a partir de metales caros, y el de la propia tecnología de alta precisión que se necesita para el concentrador solar empleado en la operación de atrapar con la debida eficacia la energía de nuestro astro rey.

Ahora, una nueva tecnología desarrollada por el equipo de Avi Kribus y Maya Livshits, de la Universidad de Tel Aviv en Israel, combina el uso de combustibles convencionales con las presiones y temperaturas más bajas del vapor producido por la energía solar, permitiendo que las centrales sean híbridas, y reemplazando por energía solar entre un 25 y un 50 por ciento del gasto de combustible.

Este nuevo método presenta una manera potencialmente rentable y realista de integrar la tecnología solar en las centrales eléctricas actuales.

En una central termoeléctrica solar, se recolecta la luz para suministrar el calor que permita formar el vapor caliente de alta presión, que se encuentra a una temperatura de entre 400 y 500 grados centígrados. Este vapor renovable se usa entonces para hacer girar las turbinas que generan la electricidad.


Aunque los beneficios medioambientales que representan frente a las tradicionales centrales eléctricas contaminantes son innegables, las centrales termoeléctricas solares son todavía bastante más caras, lo que dificulta su expansión.

El equipo de Kribus y Livshits está desarrollando esta nueva tecnología alternativa, en la que se usa una turbina de gas y también el vapor producido con energía solar. Aún se requiere quemar el combustible para calentar el aire, pero se añade vapor a bajas temperaturas (aproximadamente 200 grados centígrados) calentado por la energía solar.

Este ciclo híbrido no sólo resulta muy eficaz en lo que se refiere a producción de energía, sino que además los requisitos necesarios para el empleo de presiones y temperaturas que no necesitan ser tan altas permiten que la tecnología de la parte solar de la central utilice materiales más baratos, como por ejemplo metales comunes.

Esta sorprendente combinación híbrida no suministra energía del todo renovable, pero por lo menos ofrece una opción más realista a corto y medio plazo. La energía de las centrales solares térmicas actualmente cuesta bastante más que la producida en las centrales convencionales. Sin embargo, el equipo de Kribus y Livshits espera que una central híbrida tenga un costo comparable al de una central convencional alimentada exclusivamente mediante combustible. De ser así, la implantación de esas centrales híbridas no supondrá hacer frente a ningún sobrecoste, y además ofrecerán la ventaja de poder reemplazar una fracción importante del combustible con energía solar competitiva y viable, abaratando finalmente los costos de operación.





Fuente: http://www.solociencia.com/ingenieria/11122303.htm

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